Vasijas vacías listas para ser llenas.

Somos vasos creados por el alfarero. Nuestro Señor nos llena y es nuestro deber repartir de lo que El nos da todos los días. Somos vasijas que cargamos un depósito del Padre en nosotros para bendecir. Recuerda siempre, que cuando nos sentimos llenos de su Espíritu Santo es con el propósito de compartir sin reservas lo que él nos instruye. Vaciarnos completamente para volver a ser llenos. Algunos convierten esto en una tarea semanal, pero puede ser diaria y a veces hora tras hora podemos y debemos buscar la presencia de Dios en nuestras vidas para que nos instruya que hacer con cada cosa que encontramos y poder tener La Mente de Cristo.
"Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros,"
2 Corintios 4:6-7